SCRUM no es una metodología

25 julio 2018 2 minutos
Foto tomada por Todd Quackenbush y publicada en Unsplash

Con este artículo abro una serie en la que comentaré algunos aspectos concretos sobre mi experiencia aplicando SCRUM.

A estas alturas de la película seguro que no hace falta que os hable mucho de sus fundamentos. La mayoría ya habréis oído hablar de sus bondades, o de las de Lean, Kanban, del Manifiesto Ágil etc. El "agilismo" se puso de moda hace unos cuantos años llegando casi al estatus de religión, no faltaron entusiastas que voluntariamente repitieron sus virtudes pero no tanto sus defectos. En cualquier caso no perderemos el tiempo repitiendo la teoría ya que al final lo interesante aquí es lo que viene después de aplicarla.

Sin más llega la primera conclusión: sorpresa! SCRUM no es una metodología.

Ok vale lo admito, a esta conclusión no llegué solo, creo recordar que me lo comentó Paulo Coelho, o quizás lo leí en la puerta de un váter, maldita memoria. El caso es que estoy totalmente de acuerdo con semejante afirmación, creedme cuando os digo que SCRUM no es algo canónico y exacto que se deba aplicar a rajatabla. Creo en aquello que solía decir Antonio, mi antiguo jefe:

SCRUM no es una metodología, SCRUM es un marco de trabajo

Ciertamente desde mi humilde experiencia sale más a cuenta entenderlo así. Resulta más práctico y natural pensar en SCRUM como en un cinturón de herramientas que permiten mejorar diversos aspectos de la gestión de tus proyectos. Y ojo, es importante meterse lo siguiente en la almendra amigos: Nadie te obliga a usarlas todas, ni a aplicarlas de una manera concreta. Utiliza aquellas herramientas que aporten un valor añadido a tu proceso, y adáptalas tanto al dominio de tu proyecto como a la idiosincrasia de tu equipo e incluso de tu propia empresa. Y no fuerces demasiado, si una herramienta después de un tiempo sigue sin funcionar, busca una alternativa.

Este amoldamiento de las herramientas va muy en la línea de la filosofía de SCRUM. SCRUM es agilidad, y la agilidad va de tener capacidad para adaptarse y mejorar gracias al desarrollo incremental. Y entre otras cosas SCRUM plantea trabajar con incrementos de funcionalidad porque acepta que durante el proceso de desarrollo de una aplicación es probable que alguien recuerde algún requisito olvidado, o pida que se modifique una funcionalidad ya implementada... incluso podría pasar que nos inviten a eliminar un requisito que ya no se considera prioritario (crucemos los dedos). Quién aplica SCRUM no debe tener miedo al cambio, debe estar preparado para adaptarse a él.